Venta · Casa · Casa en Venta Estilo Provenzal con Espectaculares Vistas Al Mar

Os presentamos esta preciosa casa, cuya estructura de piedra y madera la convierte en una pieza única, con una ubicación magnifica y que disfruta de unas espectaculares vistas al mar.La Casa del Pabellón de Suiza, erigida originalmente como parte destacada de la Exposición Internacional de Barcelona en 1929, ha sido testigo de un viaje a través del tiempo y las circunstancias, desde su traslado desde la capital catalana hasta su actual emplazamiento en Caldes d'Estrac. Enclavada en el idílico entorno del Turó de Caldes y con una vista privilegiada del mar Mediterráneo, esta residencia unifamiliar se funde de manera armoniosa con el terreno escarpado que la rodea.Su diseño singular, donde la madera predomina tanto en los suelos como en los cerramientos, añade un encanto inconfundible. Una muralla de piedra abraza la propiedad, otorgándole un aura de intimidad y resguardo. Con múltiples accesos, incluyendo uno lateral que se mantiene cerrado, la casa se distribuye en planta baja y primer piso.La fachada principal, mirando hacia el oeste y hacia la carretera de San Vicente, destaca por su entrada principal de madera, enmarcada por un arco de medio punto. Una escalera de piedra invita a adentrarse en su interior, donde el primer piso alberga un balcón-mirador que se fusiona magistralmente con la cubierta de dos aguas, ofreciendo un espacio para disfrutar de las vistas circundantes.Las ventanas, con sus marcos rectangulares y persianas de madera de doble hoja, añaden un toque tradicional a la estructura. Además de la residencia principal, un garaje de piedra, con una entrada de madera en forma de medio arco, complementa la estética general del lugar. El jardín, un verdadero tesoro, cautiva con su exuberancia, destacando la presencia de majestuosos pinos y una variada colección de cactus, con el mar como telón de fondo.A lo largo de su rica historia, esta casa ha sido testigo de transformaciones y acontecimientos significativos, incluyendo su papel como sede de la embajada de los Países Bajos durante la guerra civil española. En la actualidad, sigue siendo un símbolo perdurable del patrimonio arquitectónico y el encanto histórico de Caldes d'Estrac, atrayendo a visitantes con su belleza y su fascinante historia.